Tercer Obispo de Guadalajara los cinco últimos años de su vida, respaldó que se estableciera en esta ciudad el convento agustino de San José de Gracia.
Templo de San Agustín
El Templo de San Agustín (cuyo título oficial es San José de Gracia) se ubica en la intersección sudeste de las calles de Morelos y Degollado, en el centro de Guadalajara. Es un monumento construido entre los siglos XVII y XVIII para uso del Colegio de San José de Gracia, de la Provincia de San Nicolás de Tolentino, de la Orden de San Agustín, fundado en 1573 gracias al respaldo del Presidente de la Real Audiencia de la Nueva Galicia, don Jerónimo de Orozco, y al mecenazgo de doña Marina de Mendoza. Se hace cargo de su custodia y atención pastoral una comunidad de frailes agustinos con el rango de convento autónomo. El aspecto actual del templo lo decidieron en el siglo pasado fray Hubertino Herrera, OSA, y fray Agustín Zamudio, OSA. El claustro del antiguo convento ahora sirve como Escuela de Música de la Universidad de Guadalajara.


San Agustín de Hipona (354-430), luminoso Doctor de la Iglesia, compuso una Regla para organizar comunidades de vida consagrada en la que se inspiraron los agustinos y muchos más en Europa a partir del siglo XIII.

La Provincia de San Nicolás de Tolentino de la Orden de San Agustín en México tiene por celestial intercesora a la Virgen María bajo el título de Nuestra Señora del Socorro, cuya fiesta es el 13 de mayo.

Atributos iconográficos de San Agustín: un corazón traspasado y en llamas, un libro, el águila a punto de emprender el vuelo y la cabeza cercenada de un hereje.
Corte arquitectónico y detalle al interior de la nave


El retablo del muro oriente del tercer tramo del templo está dedicado a la Virgen Madre del Buen Consejo. El sagrado original se venera en Genazzano, cerca de Roma, desde el siglo XV y procede de Scútari, Albania.

A mediados del siglo XX fray Agustín Zamudio, OSA, sustituyó la predominante iconografía agustiniana del templo por otra más universal. Ejemplo de ello es el retablo del Sagrado Corazón de Jesús.

El templo y el convento de los agustinos de Guadalajara lleva, desde su fundación en 1573, el título de San José de Gracia; por eso su escultura ocupa el nicho central del retablo del altar mayor. Empero, el santuario de ese mismo título, edificado al norte de la Catedral entre 1879 y 1890, y la atención del recinto, a cargo de frailes que siguen la regla de San Agustín, le han granjeado al templo ser conocido como de este santo.

El retablo principal, neobarroco, se labró en piedra a instancias de fray Hubertino Herrera, OSA, en la primera mitad del siglo XX, asesorado por fray Luis del Refugio de Palacio, OFM, y consta de dos cuerpos, un remate y tres calles; la central es para las imágenes de Nuestra Señora del Socorro, San José y San Agustín.

El 13 de mayo la Provincia de San Nicolás de Tolentino de Michoacán celebra a su celestial intercesora, la Virgen María bajo el título de Nuestra Señora del Socorro, que ocupa el nicho principal del retablo del altar mayor. Es muy venerada por la Orden Agustiniana desde el siglo XIV gracias al beato Nicolás Bruno de Mesina; su culto pasó de Sicilia a España y de allá al Nuevo Mundo, en lo que tuvo que ver Santo Tomás de Villanueva.

Santa Rita de Casia (1381-1457), modelo de esposa y madre, abrazó la vida religiosa ya viuda, entregándose a la oración y la penitencia. Aquí la vemos, en una escultura al oeste del primer cuerpo del retablo principal, con el hábito negro y amplio de las monjas agustinas ceñido con cinturón, y con la toca por la que asoma su rostro.

Los paños de los dos cuerpos de planta octogonal de la torre campanario –con cúpula de ocho gajos– tienen vanos: verticales con remate en forma de trapecio isósceles para las campanas y en los demás circulares y adintelados.

La sobria fachada consta de dos cuerpos: el vano de ingreso, un arco de medio punto flanqueado por columnas de fuste estriado y capital dórico, y la ventana coral, un arco adintelado con un tímpano triangular partido.

El templo, de una sola nave y seis tramos, se sostiene en arcos de medio punto: los fajones para los muros perimetrales y los seis retablos remetidos en ellos. Los formeros –que descansan en pilastras – sostienen las bóvedas de crucería.

El coro del templo es amplio y conserva, junto con su sobria sillería del siglo XVIII, uno de los pocos órganos tubulares de los fabricados por el tapatío Francisco Godínez (1855-1902) en su Gran Fábrica para Órganos La Guadalupana.

De las migajas del riquísimo acervo pictórico del convento sobresalen, en la sacristía, el mural de Diego de Cuentas (s. XVIII) La visión de los veinticuatro ancianos (Ap 4-5), sobre el vano tapiado que comunicaba el templo con el convento, y el de los siete primeros agustinos que arribaron a la Nueva España en 1533, Los Siete de la Fama.
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Obispo de Guadalajara durante nueve años a partir de 1665, auspició casi toda la obra material del templo de San Agustín y favoreció a la comunidad dotándola de capellanías vacantes.

El culto tapatío, dibujante, arquitecto e historiador, diseñó, a petición de fray Hubertino Herrera, OSA, el retablo principal del templo, dedicado a San José.

Sexto Arzobispo de Guadalajara (de 1936 al 69) y primer Cardenal mexicano, respaldó a los agustinos para que edificaran en la colonia Chapalita el templo de Santa Rita y el Colegio Gregorio Mendel.

De los cinco conventos masculinos construidos en la capital del Reino de la Nueva Galicia el que mejor se conserva es el de San Agustín, del que vemos en esta fotografía antigua la fachada de su templo, la portería y los vanos de las oficinas y aposentos de los religiosos. Llegaron a vivir en él 30 frailes, sin contar con los aspirantes a serlo (coristas) que allí se formaban, de allí que su nombre oficial fuera el de Colegio de San José de Gracia.

Un golpe muy rudo para el Colegio de San José de Gracia fue la expulsión, en 1827, de los frailes agustinos nacidos en la península ibérica, exiliados a Filipinas. De ello ya no se recuperó más. Las celdas habilitadas en torno a su claustro eran 30. Hoy, éste sirve a la Escuela de Música de la Universidad de Guadalajara.

El sitio en el que se fundó la cuarta y definitiva Guadalajara el 14 de febrero de 1542 fue también el perímetro de la Plaza Mayor. Empero, el acusado declive del terreno en el viento oriente, provocado por los deslaves que corrían al río de San Juan de Dios, hizo que en 1573 (año de la fundación del convento agustino), cuando se colocó la primera piedra de la catedral definitiva, ese espacio público se trasladara al poniente, a la actual Plaza de Armas, y que se denominara Plaza de San Agustín el lugar donde en 1855 comenzó a construir el arquitecto Jacobo Gálvez (1821-1882) el Teatro Alarcón, hoy Degollado.

En el remate del retablo principal se representa a la Santísima Trinidad recibiendo en su gloria al teólogo que tanto explicó ese misterio. En lengua latina se labraron estas frases que en la nuestra se traducen como “Vayan con José”, “Vaso de elección”, “Agustín, de lengua persuasiva”,“Luz de los doctores”.

El templo de San Agustín se construyó en el siglo XVII gracias al mecenazgo del Obispo Francisco Verdín. Se terminó en el XVIII aprovechando las rentas de las haciendas de San Agustín de Mascota y de San Andrés de La Barca. La fachada principal ve al norte y consta de dos cuerpos. La torre tiene también dos cuerpos y es de planta octogonal. La única nave se divide en seis tramos y sus bóvedas son de crucería. En el segundo tramo se hizo luego una portada lateral al oeste.